Los Estados Unidos


Decidida por las circunstancias, la evasión de Miranda a Norteamérica le da la oportunidad de realizar una aspiración que guarda en sí desde hace algún tiempo. Esta aspiración, muy común en la época entre la gente de fortuna, es la de viajar para ir, por decirlo así, a descubrir el mundo.


Independence Hall, Filadelfia

Filadelfia : vista de la sede del gobierno provincial de Pennsylvania, alrededor de 1770, "donde se juntó casi siempre el Congreso para la grande obra de la Independencia" (anotación de Miranda, Archivo). Imagen: Wikipedia

Antes de su escape, ya había manifestado a Cagigal su deseo de culminar su educación “incompleta”. Aunque en sus 33 años de vida no ha desdeñado nunca oportunidad alguna de instruirse (el inventario de su biblioteca en La Habana cuenta más de 500 volúmenes), Miranda expresa el deseo de obtener "la experiencia y el conocimiento que el hombre adquiere visitando y examinando personalmente, con inteligencia prolija, el gran libro del Universo, las sociedades más sabias y virtuosas que lo componen, sus leyes, gobiernos, agricultura, policía, comercio, arte militar, navegación, ciencias, artes, etc., es lo que únicamente puede sazonar el fruto y completar en algún modo la obra magna de formar un hombre sólido y de provecho." [1]Miranda, Francisco de: Archivo del General Miranda¸ Tomo VII, pp. 9-10, Caracas, 1930


Itinerario de Miranda en Estados Unidos, 1783-1784

Mapa de los desplazamientos de Miranda por Estados Unidos entre 1783 y 1784 extraído de The Life of Miranda, por William Spence Robertson (haga click en la imagen para obtener una versión ampliada).

Miranda ve en su llegada a la naciente república estadounidense la ocasión de iniciar este estudio. A partir de su llegada a New Bern, Carolina del Norte, el 9 de junio de 1783, y durante sus desplazamientos entre Charleston, Filadelfia, Nueva York y Boston, el oficial, que pronto será considerado por Madrid como un desertor, se embarca en el examen directo de todos los aspectos de la vida en ese país, sus instituciones y su historia reciente. Hace esfuerzos particulares para familiarizarse con los hechos de armas decisivos de la guerra que acaba de terminar y anota todo lo que le parece de interés en sus visitas a campos de batalla, universidades, fábricas, hospitales e iglesias. En sus notas sobre estas últimas, revela un cierto antagonismo hacia el catolicismo -se refiriere a los católicos sistemáticamente como “los papistas”- pero también es crítico del excesivo celo de ciertos protestantes.


Miranda se halla en Filadelfia, sede momentánea del Gobierno, cuando Inglaterra firma en Versalles, en septiembre de 1783, el tratado en el que reconoce la independencia estadounidense. Ha traído consigo cartas de Cagigal para el Enviado de España a la nueva nación, Francisco Rendón, así como para el general Washington. Estas comunicaciones no mencionan claramente las circunstancias de su viaje y el viajero es bien acogido por los dos hombres: Rendón lo recibe en su casa y le da fondos para pagar sus gastos de viaje; Miranda es invitado a comer varias veces con Washington y otros altos funcionarios.

Samuel Adams

Samuel Adams

Thomas Paine

Thomas Paine

Marqués de La Fayette

Gilbert du Motier,
Marqués de Lafayette

Imágenes: Wikipedia


Su vida social en Filadelfia es muy animada. Los buenos oficios de Rendón le permiten entrar en contacto con personas del más alto nivel, de quienes a su vez solicita y recibe sin dificultad cartas de presentación para otras personas. Esta práctica, común en la época, le permitirá, tanto en Filadelfia como en Nueva York y Boston, tratar personalmente con varios actores principales del alto mundo político estadounidense, como son los legisladores Alexander Hamilton y Samuel Adams, el general Henry Knox, y el coronel William Stephens Smith, secretario del general Washington.


También trata a dos extranjeros que han tenido mucho que ver con la independencia estadounidense, el inglés Thomas Paine, autor del muy influyente panfleto El Sentido Común, y el marqués de Lafayette, noble y militar francés que 4 años antes había ayudado a persuadir a su rey, Luis XVI, de enviar 6 mil combatientes en apoyo a las fuerzas de Washington.


Durante este recorrido por Estados Unidos, Miranda parece contemplar por vez primera la posibilidad de actuar para obtener la independencia de la América hispana, a la cual comienza a referirse globalmente en sus conversaciones privadas con el nombre de Colombia para diferenciarla de la América anglosajona, un reflejo del debate que existe para la época sobre lo apropiado de que el Nuevo Mundo porte el nombre del explorador Américo Vespucio en lugar de aquél de Cristóbal Colón, visto entonces como el primer europeo en llegar a él [2]Bohórquez Morán, Carmen: Francisco de Miranda, Précurseur des indépendances de l’Amérique latine, pp. 167-168, Editions L’Harmattan, París, 1998. No obstante, en sus escritos de este tiempo todavía se expresa de sí mismo en términos que muestran que guarda aún en su fuero interno una cierta lealtad hacia España, a pesar de las injusticias de que es objeto. [3]Miranda, Francisco de, Archivo del General Miranda, Tomo I, pp. 222-224, Editorial Sur-América, Caracas, 1929


En Madrid, entretanto, el jefe del gobierno español, el secretario de estado José Moñino y Redondo, Conde de Floridablanca, teme que el oficial tránsfuga ofrezca a Inglaterra informaciones sensibles para la seguridad de su imperio americano y envía órdenes a todos sus funcionarios para su captura. Seis meses después de la llegada de Miranda a Estados Unidos, el representante Rendón recibe información de las verdaderas razones de su precipitada salida de Cuba. A partir de ese momento, Rendón no puede seguir ni alojándolo ni frecuentándolo, pero más allá de eso no toma ninguna acción particular en su contra.


Independence Hall, Filadelfia

La presencia de Miranda en Estados Unidos coincide con uno de los momentos más delicados del nacimiento de esa nación: el paso de un gobierno militar a un gobierno civil. El cuadro de John Trumbull sobre estas lineas representa la renuncia del General Washington al mando del ejército tras la culminación victoriosa de la guerra contra los británicos. Miranda no asiste a la escena que tiene lugar en Nueva York el 23 de diciembre de 1783 mientras él se halla aún en Filadelfia. Imagen: Wikipedia


Para ese entonces, los rumores sobre las actividades de Miranda en Jamaica comienzan a correr en Filadelfia. El sudamericano había prometido a Cagigal no revelar nada sobre sus actividades de espionaje y decide partir hacia Nueva York, adonde llega en enero de 1784. Allí recibe carta de un amigo de La Habana informándole que ha sido juzgado en ausencia y condenado a pagar una gran multa, a perder su grado de teniente coronel y a 10 años de exilio en Orán (Argelia). Cagigal también ha sido castigado por permitir su evasión.


Su estadía en Nueva York trascurre, no obstante, sin molestias y con el mismo alto nivel de actividad social hasta julio de 1784, cuando parte en dirección a Boston, siempre visitando todo lo que puede y anotando en su diario una variedad de detalles sobre lo que observa. Al irse a Boston, deja atrás una enamorada, Susan Livingston, joven de 30 años, prima de Robert R. Livingston, uno de los redactores de la Declaración de Independencia de Estados Unidos. Se escribirán durante algún tiempo.